LA INGENIERÍA ESPACIAL O AERONÁUTICA
El ser humano empezaba a idear formas de volar ya
antes del inicio de la investigación científica de la aeronáutica. En la
leyenda griega, Ícaro y su padre Dédalo construyeron alas a partir de plumas de
pollo, y las pegaron con cera, para escapar de una prisión. Ícaro voló muy
cerca del sol, esto provocó que se derritiera la cera y cayó al mar, donde
murió ahogado. Cuando la gente empezó a estudiar de forma científica el modo de
volar, se empezaron a entender lo básico en relación al aire y la aerodinámica.
El primer intento científico de vuelo lo llevó a cabo
Abbás Ibn Firnás, en Córdoba, donde planeó desde una torre de la ciudad en dos
oportunidades, primero con una amplia lona y luego con alas de madera y tela,
en el siglo IX. Entre los científicos que iniciaron el estudio de la
aeronáutica estaba Leonardo da Vinci. Da Vinci estudió el vuelo de los pájaros
para desarrollar esquemas para una de las primeras máquinas voladoras, a
finales del siglo XV d. C. Sus esquemas, sin embargo, como el del ornitóptero,
que falló al momento de ser puesto en práctica. Las máquinas de aleteo que
había diseñado eran muy pequeñas para elevarse lo suficiente, en algunos casos,
o muy pesadas para ser operadas por humanos. Sin embargo, en 1793, Diego Marín
Aguilera, mecánico de Coruña del Conde (Burgos, España), consiguió hacer volar
un artefacto de este tipo, pilotado por él mismo, 431 varas castellanas (360
m), y se vio obligado a aterrizar por la rotura de una de las articulaciones de
las alas. A pesar de que el ornitóptero sigue siendo un tema de interés para
ciertos grupos de aficionados, este instrumento fue reemplazado por el
planeador en el siglo XIX.
Sir George Cayley diseñó diversos modelos de
planeador desde 1804 en adelante; el primer planeador tripulado, el
"Coachman Carrier" (que puede ser traducido literalmente como el
transporte del conductor, ya que el primero que tripuló sus inventos fue el
conductor de sus carros), tiene la atribución de haberse elevado en el año 1853.
Voló unos 130 metros aproximadamente, a través de un valle en
Brompton-by-Sawdon, cerca de Scarborough (ambos en el condado de Yorkshire,
Inglaterra).
Cuando se inventaron los motores de explosión
interna, suficientemente pequeños como para poder propulsar con ellos un
artefacto volador, se inició una carrera entre dos posibilidades de vuelo: los
más ligeros que el aire (dirigibles) y los más pesados que el aire
(aeroplanos).
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